Crónica del coronavirus en Bogotá: el inicio

Escribo este texto el jueves 19 de marzo de 2020 en Bogotá, Colombia. La pandemia del coronavirus COVID - 19 está desatada en estos momentos en el mundo. En Italia y España los contagios y las muertes están disparadas y todo indica que en curva ascendente. La situación en estos dos países es dramática por la cantidad de gente que está muriendo y porque los servicios médicos y sanitarios están saturados.

 

En Madrid los hospitales están llenos y están habilitando hoteles para llevar a los enfermos, falta equipamiento básico para atender a los afectados y muchos sanitarios se están enfermando. En Italia tienen problemas para recoger los cadáveres e incinerarlos, por la cantidad de gente que está muriendo al mismo tiempo. En China y Corea del Sur los contagios y muertes se han estabilizado, pero con un montón de infectados que no se sabe cómo van a evolucionar.

 

En este momento se sabe poco del coronavirus, no hay certeza plena de cómo actúa en los seres humanos.  ¿Qué pasará con los contagiados dentro de un año cuando, supuestamente, saldrá la vacuna? No lo sabemos. Lo único seguro es detener el contagio para evitar que colapsen los servicios médicos y ganar tiempo. 

 

La epidemia del coronavirus comenzó en la ciudad de Whan, en China, en diciembre de 2019, cuando tres pacientes llegaron al hospital con una fuerte neumonía. Dos pacientes lograron superarla y el otro murió. Muy pronto aparecieron nuevos afectados que trabajaban en el mercado de Whan, lugar donde se comenzó a expandir la epidemia.

 

 

Muy rápido, en tan sólo un mes, el contagio se disparó y las muertes se comenzaron a producir en Whan a tal punto que el gobierno tuvo que encerrar la ciudad, y aislar los brotes que ya se expandían por China. No fue suficiente ya que el coronavirus atravesó la frontera y llegó a los países vecinos. La alta tasa de contagio de este virus facilitó su expansión, es tres veces más contagioso que cualquier gripa común ya que sobrevive bastante tiempo en las superficies. 

 

En Colombia se han detectado hasta hoy 104 casos, pero se calcula que los infectados en este momento deben ser alrededor de 1500. En este momento aún no hay ningún fallecido. En Bogotá el virus está en las calles, hasta el momento se han registrado unos 54 enfermos. Según la estadística proyectada, debe haber alrededor de 600 infectados en la ciudad que seguro no lo saben, no han desarrollado síntomas o recién comienzan a sentirlos. En algún momento el número de enfermos graves y muertes se va a disparar.

 

Estamos en un momento en que los hábitos de higiene son fundamentales para no contagiarse y en que la vida social, laboral y personal de los seres humanos se ha visto afectada drásticamente. Un momento histórico que va a representar un cambio para toda la humanidad, que va a afectar a todo el mundo, sin distinción de nacionalidad, raza, clase social o nivel de poder.

 

La economía mundial se encuentra también en estado crítico y todo es incertidumbre. Mucha gente puede perder el empleo y generar una crisis sin precedentes. La vida humana se ha visto profundamente afectada, el modelo de vida consumista que sostiene el capitalismo ha sido asaltado por un virus que limita el contacto humano, el intercambio social y los espacios multitudinarios, es decir, los centros comerciales, establecimientos públicos, almacenes, tiendas concurridas, etc. 

 

De repente nos hemos quedado sólo con nosotros mismos y con nuestros seres queridos, a los que hay que proteger. Hay que evitar al otro, no hablar cerca, no abrazar, no saludar con la mano, no saludar con un beso. Una situación que obligará tarde o temprano a hacer una mirada introspectiva sobre nuestra vida, sobre nosotros mismos, nuestra relación con los demás y la naturaleza, y nosotros como sociedad humana. En medio de esto, estará la lucha por sobrevivir, por evitar el contagio, sobre todo por evitar que este virus llegue a nuestros mayores y a nuestra/os hija/os. El virus es letal con los adultos mayores de 70 años en especial, pero ya se presentan numerosas víctimas de otras edades. 

 

Mi experiencia personal tampoco es ajena a esto que está ocurriendo. Vivo en Bogotá, como toda/os, tengo incertidumbre sobre lo que vendrá, tengo una familia que cuidar, unos padres que están en la edad de riesgo. Es decir, como toda/os, estoy en un momento de extrema alerta e impactado por este presente. Ese impacto me ha llevado a la reflexión y por eso nada mejor que la escritura para dejar evidencia de estos días, y que sirva luego como impronta de lo que está siendo todo esto. Como el hecho es de supervivencia, puede que también llegue a ser una persona afectada, no lo sé. 

Por lo pronto, aquí comienza este viaje escrito de lo que será vivir la pandemia del coronavirus y de los cambios que sin duda vendrán para toda/os. Y comienza con la espera del arranque inminente de la fase dura de la epidemia en Colombia, cuando más casos comiencen a aparecer y se presenten las primeras muertes.

 

Evitar el contagio es un asunto personal, y al parecer gran parte de la población colombiana está muy relajada. En Cartagena, hasta la semana pasada, había fiestas y celebraciones donde muchos extranjeros departían con nativos colombianos, al tiempo que se daban las primeras señales de alarma acerca de la inminencia de la epidemia. Lo mismo ocurría en Cali. Lo cierto es que en la provincia los hospitales y las clínicas están menos equipadas que en Bogotá, así que es preocupante.

 

¿Cómo nos irá a los bogotanos? Hasta el momento la mayoría de los casos de personas infectadas están en Bogotá, esperemos que la actitud de quienes vivimos en la Capital sea clave para evitar la expansión del virus, ya que es una ciudad con muchos habitantes y puede recibir un gran impacto. Lo veremos en los días que vienen.