Aforismos de la esperanza

Se cumple un mes del Paro Nacional que comenzó el 28 de abril de 2021. Como ocurrió en el Paro Nacional del año 2019, se han producido violentos enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública con víctimas, destrozos, saqueos, que en esta ocasión se han mantenido y agravado, sobre todo en regiones como el Valle del Cauca. En Bogotá la situación es muy complicada en las localidaes de Fontibón, Kennedy y Bosa.

 

Ha sido un mes de protestas que han afectado a toda la sociedad colombiana y puesto en evidencia la grave situación social y económica que está viviendo la mayoría de los colombianos, en un país que ha llegado a un porcentaje de pobreza del 44%, como lo reveló la última encuesta del DANE, publicada el 29 de abril de 2021, un día después de que comenzó el paro. Unas cifras económicas que indican un retroceso de al menos diez años en la lucha contra la pobreza y desigualdad.

 

 

 

Ahora la violencia está de nuevo en las calles de las grandes ciudades de Colombia y son los jóvenes sus principales víctimas. También son ellos quienes han resistido y mantenido las reivindicaciones de justicia social, salud, educación. Sus gritos nos recuerdan las denuncias acerca de la corrupción que se ha tomado el Estado y sobre la descomposición ética de los grandes medios de comunicación. Nos recuerdan que son mas de mil (1.000) el número de líderes sociales asesinados, durante este gobierno (desde agosto de 2018), en los campos y las ciudades de Colombia, gritos de reclamo sobre los excesos de la fuerza pública, que cada vez es más violenta, y el respeto a los derechos humanos. Nos recuerdan que esta es una de las sociedades más desiguales de América Latina.

 

La, muchas veces menospreciada, generación del reguetón está hoy en las calles, persistiendo en el derecho a la protesta y en la exigencia de cambios reales. Insistiendo en la búsqueda de un mejor país donde ellos no tengan que irse como única opción para poder desarrollarse como personas y tener una vida digna. Una generación que perrea con la música de Karol G o J. Balvin, pero que también escucha a Calle 13 y entiende muy bien las causas de lo que está pasando.

 

La mayoría de la sociedad colombiana asiste con sorpresa, miedo, dolor, pero también con ilusión, a esta demostración de dignidad, que nos pone a pensar en el país que se merecen estas nuevas generaciones que se niegan a dejarse derrotar por el miedo, la represión o la desilusión.

 

Una generación cuya fuerza se puede apreciar en las miles de expresiones artísticas que ruedan por las redes en estos momentos. A continuación presentamos una de ellas, AforismosDeLosJovenesPorElGritoPopular, una serie reflexiones expresadas en forma de aforismos, creada por un grupo de jóvenes escritores colombianos.

 

Textos donde a través del humor, la ironía, el absurdo o la poesía, estos artistas expresan su indignación, rabia, dolor o esperanza acerca de la situación actual en Colombia. Es otro grito más, en este caso silencioso, ensayístico, filosófico, crítico, que persiste en mantener el espíritu de lucha y resistencia que alimenta a esta valiente generación de colombianos.

 

 

 

 

Los héroes en Colombia sí existen, están ocupados bañándose en la sangre de su pueblo.

 

Colombia es un país donde el agua fluye por las alcantarillas y la sangre por los ríos.

 

Mi presidente no es fascista. Podrá ser un corrupto, mal gobernante, sin experiencia, neonazi, pero nunca nos convertirá en una Venezuela socialista.

 

Los ladrones de cuello blanco, con los bolsillos llenos de billetes y sin pagar renta, piden al ciudadano endeudado hasta el cuello que pague más impuestos.

 

El estado usa la manipulación para mantener a Colombia como el país más feliz del mundo. El que rechaza esta felicidad no ama su patria.

 

 

 

“La bautizaron madre patria para ser los dueños eternos de una mujer violada hasta las entrañas por ellos: los grandes señores feudales. Somos hijos ensangrentados del sacrilegio”

 

“La ineptitud y cobardía son la macabra estrategia política que exime a los gobiernos de su deber con el pueblo”.

 

“Vandalismo es cubrir grafiti a las paredes, lo mismo es negar a Banksy como artista. ¿Pero cómo diferenciar el arte urbano del terrorismo poético?”

 

“Los políticos son los grandes lingüistas de nuestro siglo: denles tiempo y les producen nuevos vocablos del cinismo tildados de eufemismos”.

 

“Economía naranja: exprimir el amarillo soberano de la bandera para mezclar con avaricia el rojo vomitado de las fosas comunes”.

 

“Espiral: modo de los historiadores para predecir nuestro futuro.”

 

 

 

“Nuestras madres no nos dejan salir a marchar, quizás les lleven un día nuestras botas al revés”.

 

Un gobernante que pierde el poder de generar miedo es uno que en la muerte de su pueblo halla su mejor cara.

 

Una nación en decadencia es una olla a presión con la válvula tapada mientras su cocinero sigue avivando el fuego.

 

“Reclamar derechos fundamentales se convirtió en el temblor que sacude el gobierno de libertad y orden”.

 

“La muerte, enfermedad e ignorancia cobran incluso después de muerto, entre leyes e intereses, el precio de haber nacido”.

 

 

 

Marx nos tendría de ejemplo para todo lo que no se debe hacer, nos titularía: La hegemonía democrática de los cerdos ensucia.

 

 

Morir por las ideas suena heróico hasta que se comprende que para tener ideas se necesita estar vivo.

 

Para que sea inamovible no usaron cemento sino plomo al construir la ciudad, se enterró todo, hasta los campos, y ahora nada germina. Los dientes no están diseñados para roer estas calles y el estómago sigue pidiendo comida.

 

Un policía golpea a un ciudadano cuando olvida que es un ciudadano. Un ciudadano golpea a un policía cuando recuerda que es también un ciudadano.

 

Siempre habitando en la orfandad de justicia, la malicia indígena es una defensa natural.

 

El puño en alto no golpea a Dios, pero sí golpea el ojo de quienes creen serlo.

 

 

 

En tiempos de crisis, la "gente de bien", la de rifle y pistola en mano, son la solución de un país condenado.

 

La gente de bien: "Cuando la malicia indígena se toma las ciudades, debemos cuidar al sagrado corazón del líder".

 

El miedo a la empatía ha apagado por muchos años las ollas que retumban en los balcones.

 

La educación de convierte en el antídoto necesario para evitar el sueño de la razón y convertirnos en monstruos.

 

"El exceso de derechos es nocivo para la salud", siempre pronuncia el presidente en el cierre de su show televisivo.

 

 

 

Ante las balas represoras de un gobierno, las voces demandantes son más resistentes.

 

El pueblo se está matando mientras los de arriba observan cómo seguir robándole 

 

 

Instagram: 

 

Twitter: 

 

Facebook: