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"Memphis" - Cuento de María del Mar Escobedo
La campanilla de la puerta se agitó con fuerza. Un hombre corpulento, de abrigo blanco y una espesa barba negra entró y se sentó en la barra. Traía un morral grande y desteñido que dejó caer a sus pies. Afuera, la nieve caía mecida por el viento que arrastraba gotas de agua sucia. El sendero de la entrada no se distinguía ya de la calle, ni de los predios aledaños. A lado y lado se iban amontonando colinas negras de nieve apelmazada, que enfriaban las paredes del bar Memphis.